Imagina un hospital en el que todo el mundo (médicos, enfermeras, pacientes, empleados, auxiliares, aprendices, gerentes, directores generales, familiares de pacientes) practica cuarenta y cinco minutos de meditación al día. No, esto no es un sueño, ni estamos hablando de un futuro indeterminado. En Massachusetts llevan haciéndolo con regularidad y… desde los años setenta.
“Mindfulness” no crece simplemente porque hayas decidido que es una buena idea ser más consciente. Para desarrollar una práctica de meditación sólida, también se necesita un fuerte compromiso para trabajar en uno mismo y la suficiente autodisciplina para perseverar en la práctica cuando se encuentran dificultades.
En la clínica de reducción del estrés, la norma básica es que todo el mundo practique: nadie es un mero espectador. La presencia de familiares o amigos sólo se acepta si se comprometen a practicar exactamente igual que los pacientes, cuarenta y cinco minutos al día, seis días a la semana. Los médicos, estudiantes de medicina, enfermeros y terapeutas de distintas disciplinas que realizan prácticas en la clínica deben comprometerse a practicar el mismo programa de meditación que los pacientes. Sin esta experiencia personal, no podrían entender el camino de los pacientes ni el tipo de esfuerzo que supone trabajar sobre las energías de su propia mente y cuerpo.”