Entre mediados de los años ochenta y principios de los noventa tuvieron lugar mis primeros encuentros con las dos grandes líneas en las que se basa EnneaMediCina.
Una gran curiosidad mía, transmitida por un malestar existencial que buscaba respuestas, me guió por un camino que, ahora, encuentra confirmaciones cada vez más frecuentes en los estudios de Neurociencia y en las teorías más avanzadas del funcionamiento de la psique-soma humana.
Diferentes idiomas los del Eneagrama y la Medicina China y no podía ser de otra manera, ya que uno pertenece a la cultura occidental, mientras que el otro encuentra su fundamento en la antigua cultura médico-filosófica china.
“Pero, si el todo tiene una matriz común”, me repetí a mí mismo, “todo lo que queda es encontrar el hilo conductor”.
Esta convicción y años de estudio, reflexión y conexiones entre las diversas partes, han dado lugar a la “summa” de EneaMedicina, en el mensaje común que cuerpo, alma y espíritu siempre han contenido para el hombre de todas las latitudes.