EnneaMediCina: l’antica visione orientale della P.N.E.I. – di Liliana Atz Parte I

Introducción

Las antiguas “prácticas de larga vida” chamánicas se pierden en la noche de los tiempos en la historia de China. En un mundo peligroso y misterioso, el hombre antiguo buscaba formas de armonizar y sobrevivir en su entorno. Mediante la observación de las leyes de la naturaleza, trataba de interpretar la voluntad de “Di”, la deidad suprema incognoscible.

Al frente de las tribus, los chamanes, a menudo mujeres, expertos en fitoterapia, exorcismo y espiritismo, buscaban el contacto con las fuerzas de la naturaleza: fueron los primeros médicos de la historia de China.

Sus técnicas curativas incluían protocolos de movimiento físico y emisión vocal.

Mediante estas danzas sagradas, coordinaban sus movimientos corporales y su respiración con los alientos de la creación, desterrando las energías perversas del cuerpo.

Según la opinión de varios estudiosos, estas danzas no eran sino la anticipación de lo que hoy es el Qigong, cuyo propósito fundamental es precisamente volver a poner el Qi del cuerpo en resonancia con los alientos de la naturaleza.

La Psiconeuroendocrinoinmunología (PNEI) en la Medicina Tradicional China

La Medicina Tradicional China, a la que pertenecen estas prácticas ancestrales, asigna al Corazón las funciones que en Occidente se atribuyen al Cerebro y al Sistema Nervioso Central: emociones, conciencia, memoria y pensamiento, indicadas por el ideograma Shen.

El Corazón produce hormonas que actúan directamente sobre el Cerebro. En la práctica, el Corazón implica a todo el organismo en las variaciones de su amplio campo electromagnético; percibe, siente e influye en toda la fisiología, empezando por el cerebro.

Según la M.T.C., el Cerebro, el “Mar de Midolli”, está formado de líquidos Jin-Ye, en particular de Ye, las sustancias de naturaleza Yin que alimentan los tejidos.

A medida que estos líquidos se espesan, forman el Cerebro, que luego se relacionará con todo el cuerpo.

Cerebro y Médula forman una pareja inseparable”.

La Médula Ósea origina las células sanguíneas que transportan los nutrientes, los elementos de defensa, el oxígeno y los desechos por todo el cuerpo. Así, la abundancia o escasez de Médula afectará no sólo al Cerebro y a la Columna Vertebral, sino también a los Huesos. El Hueso, como la Médula, y por tanto el Cerebro es un tejido conectado al Riñón y a la Respiración esencial original.

Los Huesos duros contienen y protegen la Médula blanda que los origina.

Para la Medicina China, los Riñones almacenan la energía esencial, el Jing, y gobiernan los huesos y, por tanto, la médula ósea que contienen, la médula espinal y el cerebro, de los que dependen la memoria, la concentración, el pensamiento y el funcionamiento de los órganos de los sentidos. De todo ello se deduce la presencia de una importante relación entre el Riñón y el Cerebro, derivada de los líquidos Jin-Ye, que constituyen la sustancia de la Médula y del Cerebro y que dependen del Riñón para su transformación y distribución, así como su estrechísima conexión con el Corazón.

Psiconeuroendocrinoinmunología: el Zang/Fu

Durante la fase de desarrollo embrionario, el Shen se une a las estructuras corporales en formación, generando los diversos Órganos (Zang), verdaderas entidades psicosomáticas.

La Medicina China postula una correspondencia entre los cinco Órganos (Corazón, Pulmón, Hígado, Riñón y Bazo) y los Shen relacionados, es decir, los aspectos psíquicos específicos de la actividad vital, las “Almas Vegetativas” de los órganos individuales. El Hígado es la sede de Hun, el Pulmón de Po, el Bazo-Páncreas de Yi, el Riñón de Zhi, mientras que el Corazón es la sede de Shen.
El Corazón/Mente, también llamado Emperador, como sede de Shen propiamente dicha, se sitúa en la cúspide absoluta de la jerarquía entre los órganos internos. Es a través de la Sangre que sus mensajes llegan a todas las células de los diversos distritos corporales.

Las emociones fuertes o las dificultades de la vida cotidiana se manifiestan a través de estados de ánimo, emociones y sentimientos particulares que caracterizan la estructura psicofísica del individuo, influyendo en el funcionamiento de todo el cuerpo/mente, de todos los Zang/Fu.

Para la MTC, un organismo equilibrado y sano es el resultado del buen funcionamiento de todos los órganos: no existe, por tanto, el concepto de enfermedad orgánica ni de enfermedad psicosomática, ya que psique y soma se expresan siempre simultáneamente a través el uno del otro. Cinco emociones y siete sentimientos. Para la M.T.C. existen: a) causas externas de enfermedad: – viento; – frío; – calor; – humedad; – sequedad; b) causas alimentarias de enfermedad; c) causas internas de enfermedad: las Cinco Emociones y los Siete Sentimientos.

Las Cinco Emociones son consecuencia de la estructura del ser, de su temperamento. Están relacionadas con sus características congénitas, con su genotipo. Las emociones, y especialmente sus manifestaciones de desequilibrio, se asocian a los órganos según el ritmo de los Cinco Movimientos. Así pues, se producen conexiones entre: Madera (Hígado) e Ira; Fuego (Corazón) y Alegría; Tierra (Bazo/Páncreas) y Reflexión; Metal (Pulmón) y Tristeza; Agua (Riñones) y Miedo.

Los Siete Sentimientos, que además de las Cinco Emociones incluyen la Preocupación, que está conectada con los órganos Bazo/Pulmón, y el Shock, que daña el Corazón y los Riñones, son la fusión de lo que está dentro del individuo con lo que está fuera de él, el resultado de la interacción del genotipo (Esencia) con el fenotipo (Personalidad). Son la concretización de la intención, el paso al acto. La lectura de los desequilibrios tanto psíquicos como físicos, según esta visión, se establece por tanto en términos de desarmonía de un sector de la Unidad Energética (órgano/viscera), respecto a la realidad externa con la que está en resonancia. (continuación)

Fuente: http://www.scienzaeconoscenza.it/blog/medicina-non_convenzionale/pnei-enneagramma-oriente

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