El descubrimiento se hizo en Estados Unidos: este famoso arte marcial podría ayudar a los pacientes a recuperar parte de su equilibrio y mejorar la marcha inestable típica de estas personas. Con resultados que, según los investigadores, son duraderos, pero no permanentes.
09 FEB – No es la acción de un fármaco o de una terapia clínica, sino de un deporte, la última actividad que se ha demostrado que ayuda a los enfermos de Parkinson. O mejor dicho, un arte marcial: el Tai Chi. En efecto, los movimientos lentos y controlados de esta disciplina parecen mejorar la estabilidad y el equilibrio de los pacientes que padecen la enfermedad. Así se desprende de una investigación publicada en el New England Journal of Medicine. Según el estudio, realizado por el Instituto de Investigación de Oregón, en Eugene (Estados Unidos), las mejoras durarían hasta tres meses después de la actividad.
“El Tai Chi parece beneficiar mucho a estas personas”, comentó Fuzhong Li, primer autor de la investigación. “En comparación con los que sólo hacen ejercicios de estiramiento, los que practican este arte marcial parecen caerse menos, además de tener una marcha más segura y zancadas más largas”. La falta de equilibrio, tanto al estar de pie como al andar, es, en efecto, uno de los rasgos distintivos de los enfermos de Parkinson.
“Está claro que no elimina los síntomas de la enfermedad”, especificó Li. “No es un fármaco, no cura la enfermedad. Pero probablemente puede ayudar a ralentizar el progreso de la enfermedad”.
Para demostrar la investigación, los científicos estadounidenses tuvieron en cuenta a 195 ancianos con enfermedad de Parkinson, todos ellos del estado de Oregón. De ellos, un tercio se inscribió en un curso de artes marciales, un tercio practicó ejercicios de estiramiento y el último tercio practicó ejercicios de resistencia muscular. La capacidad de inclinarse hacia delante o moverse antes de perder el equilibrio se midió en una escala de 0 a 100, y todos los participantes tenían un valor superior a 64 al inicio del ensayo.
Todo el grupo enviado a la escuela de Tai Chi demostró, tras mantener una hora de esta disciplina dos veces por semana durante 24 semanas, que era capaz de mantenerse en pie sin ayuda, aunque algunos seguían necesitando un andador para desplazarse. De media, los puntos ganados en la escala de equilibrio fueron 10, frente a los 4 del grupo que practicaba ejercicios de resistencia. En cambio, los pacientes que se sometieron a sesiones de estiramientos al final del experimento vieron disminuidos sus valores de equilibrio en dos puntos.
Evidentemente, estos resultados se redujeron una vez finalizado el ensayo; sin embargo, unos meses después de las clases los pacientes seguían informando de algunos beneficios: el número de caídas, por ejemplo, que llegó a reducirse a la mitad durante el periodo de entrenamiento en comparación con los dos grupos de control, siguió siendo mejor en un 60-70% en comparación con éstos durante los tres meses siguientes.
“Es la primera vez que se demuestra que un tratamiento del equilibrio tiene resultados duraderos”, comentó Li. “Y lo que es aún mejor es que el Tai Chi es también una actividad barata que no requiere ninguna herramienta especial y puede practicarse en cualquier lugar y en cualquier momento”.
Tomado de: Quotidiano Sanità.it