Tai Chi y Alzheimer (Terapia de Integración Afectivo-Emocional)

Proponemos el resumen de un artículo del Dr. Romeo Lucioni con una propuesta de rehabilitación: La enfermedad de Alzheimer es una demencia degenerativa crónica y progresiva para la que aún no se ha encontrado una etiología ni una terapia farmacológica satisfactoria. Aunque no es curable, este síndrome, caracterizado sobre todo por el deterioro de las funciones mentales y cognitivas, permite un “espacio” de “curabilidad” que tiende a expandirse tanto para la efectividad de nuevos fármacos, como para intervenciones específicas de rehabilitación y psicoterapia que tienden a restaurar y reestructurar las funciones psíquicas. Entre estas terapias no farmacológicas, adquiere una importancia significativa la E.I.T. (Terapia de Integración Afectivo-Emocional), que utiliza como base el Tai Chi Chuan y que se ha estructurado a través de las experiencias de terapia sensoriomotora, terapia emocional-afectiva y terapia relacional expresiva. Es una intervención psicoterapéutica que, más allá de las consideraciones psicodinámicas-interpretativas, utiliza movimiento, sensaciones, emociones, afectos y elaboraciones racionales, así como intuitivas-instintivas, para dar al “sujeto enfermo” la oportunidad de reestructurar su potencial psico-neuro-biológico, permitiendo así una recuperación de funciones básicas y una rehabilitación real y cuantificable. E.I.T. tiene objetivos centrados en el paciente, que incluyen: • control de los síntomas psicoconductuales;• reestructuración de las potencialidades adaptativas del ego;• contención y modulación de las respuestas emocionales;• fortalecimiento de la disponibilidad afectiva y relacional;• recuperación del potencial motor y perceptivo;• redescubrimiento de variables moduladoras que, filtradas por la afectividad, estimulan la capacidad de hacer frente a las molestias y limitaciones;• deseo de autodescubrimiento y voluntad proactiva en la búsqueda de autonomía y libertad;• Frenar la tendencia a aislarse y “estancarse” en algunos rincones, haciendo que adquiera un papel protagonista Las observaciones comunicadas hasta la fecha han dado lugar a consideraciones de particular interés con respecto a las mejoras logradas: 1. Reducción o desaparición de una emocionalidad explosiva e incontrolable2. Desaparición de las tendencias de vuelo3. Aumento de las expectativas.4. Recuperación motora y ritmo gestual.5. Capacidad de relacionarse.6. Transmite tu sensibilidad a los demás,7. Recuperación de iniciativa.8. Recuperación del humor y el sarcasmo.9. Recuperación del mimetismo.10. Capacidades cognitivas. Habilidades mnésicas. Tai Chi y demencia senil Después de ocho meses de este ejercicio ligero, las personas mayores chinas sanas en un reciente ensayo controlado aleatorio se jactaron de importantes beneficios relacionados con el cerebro. PROBLEMA:Aunque estudios anteriores han demostrado la capacidad del ejercicio aeróbico para aumentar el volumen cerebral y mejorar la memoria, no está claro si una forma menos intensa de ejercicio, particularmente Tai Chi, puede generar los mismos beneficios que el cerebro. METODOLOGÍA:Científicos de la Universidad del Sur de Florida y la Universidad de Fudan realizaron un estudio aleatorizado y controlado de 40 semanas con 120 adultos mayores sin demencia, Shanghai, China. Compararon la salud cognitiva de los practicantes de Tai Chi con la de los miembros de un grupo que no se sometió a cirugía, con exámenes de resonancia magnética y medidas neuropsicológicas para la demencia, la capacidad de aprendizaje y la fluidez verbal durante todo el período de estudio. RESULTADOS: Los sujetos en el grupo de control mostraron una contracción cerebral consistente con lo que generalmente se observó entre las personas entre 60 y 80 años de edad. Sin embargo, los participantes que practicaron Tai Chi tres veces a la semana mostraron un aumento significativo en el volumen cerebral, así como mejoras en sus puntajes de memoria y pruebas de pensamiento. CONCLUSIÓN: Un régimen de ejercicio regular de Tai Chi agranda el cerebro y mejora las capacidades cognitivas de los adultos mayores. Dado que investigaciones anteriores han demostrado un vínculo entre la demencia y la contracción cerebral, una forma menos intensa de ejercicio aeróbico, como el Tai Chi, puede retrasar la aparición de esta enfermedad mental degenerativa. FUENTE: Tai Chi chuan y enfermedades crónicas y degenerativas | Blog Centro del Loto

Autismo y Tai Chi chuan

Los distintos cuadros psicopatológicos que afectan a niños y adolescentes presentan una variabilidad individual muy elevada, pero es necesario tratar de mantenerlos separados precisamente porque la elección de las intervenciones terapéutico-rehabilitadoras presupone siempre especificidad……—-Los niños autistas (Kanner) parecen ser “muy inteligentes” (las madres a menudo los llaman “pequeños genios”), pero, en la práctica, demuestran que no pueden utilizar su potencial y, por lo tanto, su expresión cognitivo-intelectiva sigue siendo muy pobre. ……. otras actividades de rehabilitación: Arte-psicodinámica-terapia: Esta es quizás la práctica con la que se lograron las mejoras más importantes. Con este trabajo se pudo comprobar que al autista no le falta desarrollo simbólico (aunque no haya habla), pero sí imaginación (que se puede mejorar mucho precisamente con la práctica de arte-terapia). Hipoterapia rehabilitadora: alcanzan el nivel de poder conducir al caballo tanto al paso como al trote; sin llegar, sin embargo, a la práctica del galope. Todavía no tenemos autistas Kanner que hayan alcanzado un nivel predeportivo o deportivo. Terapia emotiva expresiva y Tai-Chi-Chuan: permiten ganar mucho en comprensión psicomotriz y reciprocidad.Musicoterapia: en rehabilitación, siempre hay que trabajar con música, lo que a veces libera de posiciones de cierre extremo sobre uno mismo …. (continuación)

Tai Chi antienvejecimiento: “el arma de la tradición contra el envejecimiento”

Según un nuevo estudio, puede actuar sobre las células madre para mejorar la circulación Practicar Tai Chi puede ayudar a prolongar la vida. Un nuevo estudio publicado en Cell Transplantation ha revelado que este arte marcial tradicional de China puede contrarrestar el envejecimiento al aumentar el número de un tipo concreto de células, las que expresan la proteína CD34+ en su superficie, consideradas indicadoras de la presencia de células madre sanguíneas implicadas en la renovación, diferenciación y proliferación celular. Dirigidos por Shinn-Zong Lin, experto del Centro de Neuropsiquiatría del Hospital de la Universidad Médica China de Taichung (Taiwán), los autores del estudio evaluaron la posible capacidad del Tai Chi para promover la longevidad comparando los efectos rejuvenecedores y antienvejecimiento de este arte marcial con los del hábito de hacer ejercicio caminando a paso ligero. En los experimentos participaron tres grupos de voluntarios menores de 25 años durante un año: uno practicó Tai Chi, otro caminó a paso ligero y el tercero no hizo ningún ejercicio. Utilizamos voluntarios jóvenes”, explica Lin, “porque tienen mejor capacidad de renovación celular que la población de más edad y también queríamos evitar que las enfermedades crónicas y los fármacos fueran factores de interferencia”. Los análisis revelaron que, en comparación con los que no realizan ninguna actividad física o los que caminan a paso ligero, los que practican Tai Chi tienen un número significativamente mayor de células CD34+. A partir de estos resultados, explica Lin, es posible plantear la hipótesis de que “el Tai Chi predispone a la vasodilatación y aumenta el flujo sanguíneo”. Según Paul R. Sanberg, experto del Centro de Excelencia para el Envejecimiento y la Reparación Cerebral de la Universidad del Sur de Florida, en Tampa (EE.UU.), “este estudio representa el primer paso hacia la prueba científica de los posibles beneficios del Tai Chi para la salud”. No obstante, el experto subraya que “se necesitan más estudios sobre cómo el Tai Chi puede ejercer beneficios en diferentes poblaciones y sobre distintos parámetros del envejecimiento para comprender su impacto total”. Fuente: Tai Chi for Longevity

Parkinson: el Tai Chi ayuda a mejorar el equilibrio

El descubrimiento se hizo en Estados Unidos: este famoso arte marcial podría ayudar a los pacientes a recuperar parte de su equilibrio y mejorar la marcha inestable típica de estas personas. Con resultados que, según los investigadores, son duraderos, pero no permanentes. 09 FEB – No es la acción de un fármaco o de una terapia clínica, sino de un deporte, la última actividad que se ha demostrado que ayuda a los enfermos de Parkinson. O mejor dicho, un arte marcial: el Tai Chi. En efecto, los movimientos lentos y controlados de esta disciplina parecen mejorar la estabilidad y el equilibrio de los pacientes que padecen la enfermedad. Así se desprende de una investigación publicada en el New England Journal of Medicine. Según el estudio, realizado por el Instituto de Investigación de Oregón, en Eugene (Estados Unidos), las mejoras durarían hasta tres meses después de la actividad. “El Tai Chi parece beneficiar mucho a estas personas”, comentó Fuzhong Li, primer autor de la investigación. “En comparación con los que sólo hacen ejercicios de estiramiento, los que practican este arte marcial parecen caerse menos, además de tener una marcha más segura y zancadas más largas”. La falta de equilibrio, tanto al estar de pie como al andar, es, en efecto, uno de los rasgos distintivos de los enfermos de Parkinson. “Está claro que no elimina los síntomas de la enfermedad”, especificó Li. “No es un fármaco, no cura la enfermedad. Pero probablemente puede ayudar a ralentizar el progreso de la enfermedad”. Para demostrar la investigación, los científicos estadounidenses tuvieron en cuenta a 195 ancianos con enfermedad de Parkinson, todos ellos del estado de Oregón. De ellos, un tercio se inscribió en un curso de artes marciales, un tercio practicó ejercicios de estiramiento y el último tercio practicó ejercicios de resistencia muscular. La capacidad de inclinarse hacia delante o moverse antes de perder el equilibrio se midió en una escala de 0 a 100, y todos los participantes tenían un valor superior a 64 al inicio del ensayo. Todo el grupo enviado a la escuela de Tai Chi demostró, tras mantener una hora de esta disciplina dos veces por semana durante 24 semanas, que era capaz de mantenerse en pie sin ayuda, aunque algunos seguían necesitando un andador para desplazarse. De media, los puntos ganados en la escala de equilibrio fueron 10, frente a los 4 del grupo que practicaba ejercicios de resistencia. En cambio, los pacientes que se sometieron a sesiones de estiramientos al final del experimento vieron disminuidos sus valores de equilibrio en dos puntos. Evidentemente, estos resultados se redujeron una vez finalizado el ensayo; sin embargo, unos meses después de las clases los pacientes seguían informando de algunos beneficios: el número de caídas, por ejemplo, que llegó a reducirse a la mitad durante el periodo de entrenamiento en comparación con los dos grupos de control, siguió siendo mejor en un 60-70% en comparación con éstos durante los tres meses siguientes. “Es la primera vez que se demuestra que un tratamiento del equilibrio tiene resultados duraderos”, comentó Li. “Y lo que es aún mejor es que el Tai Chi es también una actividad barata que no requiere ninguna herramienta especial y puede practicarse en cualquier lugar y en cualquier momento”. Tomado de: Quotidiano Sanità.it

El Tai Chi y el sistema propioceptivo 2

Los “propioceptores” son terminaciones nerviosas sensibles a los estímulos procedentes de las articulaciones, los músculos, los tendones y la piel, gracias a los cuales es posible obtener una sensación “interna” de las posiciones de las distintas partes de nuestro cuerpo.Están flanqueados por “exteroceptores” que proporcionan al cerebro información del entorno externo procedente de nuestros sentidos (vista, tacto, olfato, oído, sentido del equilibrio) e “interceptores” que son sensibles a las señales procedentes del interior del cuerpo y proporcionan información sobre las tensiones en los órganos internos y el dolor que pueden provocar.Toda esta información llega al sistema nervioso central, donde se procesa una respuesta que se “devuelve” inmediatamente a los músculos, donde se traduce en la ejecución de movimientos poco extenuantes y coordinados; cuando se sufre una lesión (por ejemplo, un esguince de tobillo), las estructuras anatómicas que contienen los propioceptores pueden resultar dañadas. Esto reduce la calidad de la información que ese distrito envía al sistema nervioso central.Algunos perciben el mundo principalmente a través de la vista, otros a través del oído y otros a través del tacto. La realidad suele percibirse por el canal predominante, que, en la cultura occidental, es la vista, seguida del oído. Canal visual = verCanal auditivo = oírCanal propioceptivo = tocar/sentir el cuerpoCanal cinestésico = movimiento Por lo general, no percibimos la diferencia entre una posición y otra; por ejemplo, tenemos poco conocimiento de las distintas sensaciones que sentimos al girar la cabeza hacia la derecha o hacia la izquierda, del mismo modo que no tenemos conciencia de nuestro cuerpo y de partes de él en el espacio. Deberíamos aprender, cerrando los ojos, a percibir los estímulos que nos llegan del entorno exterior, tomando conciencia de ellos. Debemos aprender a “sentir” la parte del cuerpo que se mueve y percibir su peso, su calor, su posición en el espacio. La autopercepción ayuda a tomar conciencia de todos los cambios, incluso los más pequeños, que se producen en el cuerpo.¿Qué sientes cuando mueves el brazo en una dirección? ¿Y en la contraria? Empieza a escuchar e intenta percibir las sensaciones de rigidez, contracción, relajación, calor y frío. Esfuérzate por sentir el cuerpo y comprender lo que quiere comunicarte.Incluso en la respiración, hay micromovimientos que las vértebras individuales producen continuamente al respirar. Hay que empezar a tomar conciencia del cuerpo en el espacio; reeducar la actitud corporal, modificar los vicios posturales que se acentúan con el tiempo, evitar los movimientos repetitivos erróneos.Hacemos tantos movimientos sin pensar: ¿cómo es posible? Nuestros patrones de movimiento se adquieren a lo largo de los años tanto consciente como inconscientemente; si analizamos estos movimientos conscientemente podemos sorprendernos porque nunca los hemos experimentado, si luego intentamos cambiarlos por nuevos patrones conscientes el camino puede ser largo y requerir muchos ejercicios de entrenamiento. Cuando aprendemos un nuevo gesto, el cerebro descompone la secuencia de movimientos que hay que seguir y se centra en los detalles, inicialmente procedemos por ensayo y error, ver a alguien realizar los gestos que estamos aprendiendo acelera nuestro aprendizaje. Gracias a las “neuronas espejo”, (neuronas espejo identificadas por G. Rizzolati): estas células se activan al ver una determinada escena y preparan al cerebro para realizar los mismos movimientos que estamos observando.La actividad de las neuronas espejo también se repetirá siguiendo el mismo patrón cuando el cerebro ordene a los músculos que se muevan. Cuando la tarea tiene éxito, el cerebro registra el éxito y durante las 6 horas siguientes trabaja para memorizar la secuencia exacta de movimientos realizada. Y se consolida aún más si el gesto se repite en los días siguientes. El movimiento se vuelve más fluido y se puede trabajar para hacerlo más preciso. El refuerzo de la memoria de los gestos se ve favorecido por la información que llega al cerebro desde las articulaciones, los tendones y los músculos, ya que es ahí donde se encuentran los propioceptores que mantienen informado al cerebro de la posición del cuerpo. Tomado de: www.my-personaltrainer.it

El sistema propioceptivo en el Tai Chi Chuan

El Tai Chi Ch’üan o Tai Chi, un estilo interno de las artes marciales chinas -originado como técnica de lucha y conocido actualmente en Occidente principalmente como gimnasia y como técnica de medicina preventiva-, es practicado desde hace siglos en China por jóvenes y mayores; sus efectos beneficiosos para la salud, en particular el mantenimiento del control del equilibrio en las personas mayores, han atraído cada vez más la atención de los investigadores científicos occidentales. De todos los beneficios que se obtienen con la práctica del Tai Chi Chuan, uno de los más evidentes es sin duda la mejora de la vigilancia de los reflejos; le siguen el control de las posiciones de las distintas partes del cuerpo y la mejora de la agilidad y del sentido del equilibrio. Por supuesto, estos beneficios interesan a todo el mundo, pero adquieren una importancia particular para las personas mayores, que son las más expuestas al peligro de caídas. “¿Cómo mantiene un hombre una postura recta o inclinada contra el viento que sopla en su contra? Es evidente que posee un sentido por el que conoce la inclinación de su cuerpo, y que posee la capacidad de reajustar y corregir todas las desviaciones en relación con la vertical” (Charles Bell, 1837). Si cerramos los ojos e intentamos establecer la posición de nuestras piernas, brazos y cabeza, comprobaremos que se trata de una tarea fácil, basada precisamente en la propiocepción. Si ahora colocamos los pies en el suelo, cerramos los ojos durante un minuto e, intentando no movernos, les prestamos atención, nos daremos cuenta de que perdemos la “sensación” de su posición a medida que pasa el tiempo, porque ésta se vuelve menos precisa en ausencia de movimiento. Sin embargo, en cuanto volvamos a abrir los ojos, recuperaremos la sensación exacta de la posición de los pies: los ojos nos ayudan. El control mental de los movimientos corporales, típico del Tai Chi Chuan, estimula intensa y dinámicamente la capacidad de escuchar las señales que llegan al cerebro desde nuestros sensores. Los movimientos gráciles y fluidos de las extremidades son de amplitud y dirección variables y se complementan eficazmente con desplazamientos del peso y rotaciones del torso. Las posiciones y movimientos de las partes del cuerpo se controlan con una meticulosidad y concentración que no se encuentran en otras disciplinas. La conciencia de nuestro cuerpo y la integración de cuerpo y mente en general se ven especialmente potenciadas. La neurociencia está demostrando que la información sensorial procede de todos los órganos de los sentidos y coopera para dar una imagen del mundo. Quienes practican Tai Chi no sólo tienen una mejor función cardiorrespiratoria, sino que también obtienen mejores resultados en pruebas de control del equilibrio, flexibilidad y fuerza muscular. Además, el riesgo de caídas se reduce casi un 50%. El equilibrio postural requiere agudeza propioceptiva y un control neuromuscular preciso. La disminución de la propiocepción con la edad es un factor que contribuye a las caídas en las personas mayores y puede verse influida por la actividad física regular. Los ancianos que practican Tai Chi con regularidad no sólo mostraron una mejor propiocepción de las articulaciones del tobillo y la rodilla en comparación con el grupo de control de ancianos sedentarios, sino también una mejor cinestesia del tobillo en comparación con los ancianos que practican natación u otros deportes. Los beneficios significativos de la práctica del Tai Chi sobre la propiocepción se traducen en el mantenimiento del control del equilibrio en los ancianos. El ejercicio propioceptivo parece tener mejores efectos sobre el control del equilibrio en las personas mayores que las actividades físicas bioenergéticas (natación, ciclismo y carrera). El Tai Chi requiere movimientos continuos y lentos con expresiones de movimiento de pequeñas a grandes, desplazamientos unilaterales a bilaterales del peso corporal y movimientos circulares del tronco y las extremidades que implican contracciones isométricas e isotónicas. La razón de estos beneficios parece residir en la mejora funcional de los “propioceptores” que resulta de la práctica del Tai Chi Chuan. Fuente: ww.my-personaltrainer.it

Nuevos hallazgos para el Tai Chi

Entre los muchos estudios sobre el Tai Chi, este último parece especialmente interesante: el Tai Chi reduce los parámetros de inflamación. Dicho así, puede parecer poca cosa. Sin embargo, es extremadamente importante porque incluso la medicina convencional lleva años trabajando para reducir la llamada inflamación de “bajo grado” que suele acompañar al envejecimiento. Esta inflamación está correlacionada con la génesis de enfermedades crónicas y relacionadas con la edad. Por lo tanto, si se quiere hacer una verdadera prevención, parece apropiado actuar sobre estos marcadores inflamatorios. ¿Cómo hacerlo? Este estudio muestra que el Tai Chi, en personas mayores (que nunca habían practicado Tai Chi antes), derriba un importante marcador de inflamación (NF-kB), más de lo que se observa con una “intervención educativa”. Los autores dicen: esto se observa, sin tomar fármacos, con el Tai Chi, es decir, un tipo particular de actividad física moderada (al alcance de las personas mayores), que incluye respiración profunda y una forma de meditación. El Tai Chi se traduce así. El estudio del que hablamos está firmado por investigadores de las principales universidades californianas, entre ellas la famosa UCLA. Por supuesto, una persona puede practicar Tai Chi simplemente porque se siente mejor, o para seguir un camino de evolución espiritual, o incluso para cultivar un arte marcial, pero en este post hablamos de una intervención de interés médico. Las distintas cosas no son mutuamente excluyentes. Nuevas pruebas de la estrecha conexión cuerpo-mente En este estudio, se ofreció Tai Chi a personas mayores que estaban “abandonadas” a sí mismas (cuando se les preguntó, dijeron que sufrían soledad). Personas sin apoyo pero que aún pueden permitirse un alto nivel de cuidados, para gestionar sus vidas de alguna manera. Desgraciadamente, no es el caso de todos. De los demás nunca lo sabremos. El hecho es que no son hombres y mujeres que vivan una vejez apacible, se sienten estresados, a veces incluso tienen mal genio, se sienten vulnerables, llevan las cicatrices de toda una vida y nadie quiere ocuparse de ellos (incluso los cuidadores suelen tener bastante). Lo que se desprende de este estudio, es que el sentimiento de abandono, de soledad (sin posibilidad de elección: un callejón sin salida), repercute en un marcador físico, que puede medirse con un análisis de sangre. En estos casos, se produce un aumento de la inflamación sistémica si no se pone freno al estrés. Tomado de: laltramedicina.it

Tai Chi Chuan: el arte del movimiento

El hombre de hoy ya no parece saber cómo moverse, ya no es consciente de su movimiento. La calidad de la escucha y la de la audición también se está debilitando. En este contexto, el Tai Chi Chuan puede ofrecer la oportunidad de volver a ponerse en contacto con el Cuerpo “real”. Su propósito es promover la armonía, el conocimiento de los límites y el potencial del propio cuerpo para lograr un estado de bienestar y salud. Generalmente trabajamos en grupos, en contacto con nosotros mismos y con los demás. No hay límites de edad ni contraindicaciones. Palabras clave:tai-chi, bienestar, movimiento “El que puede unir el exterior con el interior también puede darse cuenta de la unidad integral de su ser” (Yang Cheng Fu). Esta declaración contiene el secreto de una antigua disciplina del cuerpo, nacida en China y con orígenes marciales, que ha sabido transformar su práctica e identidad en una búsqueda de salud y conciencia. En el Tai Chi Chuan se manifiestan armoniosamente algunos elementos fundamentales del pensamiento y la cultura china: el valor del cuerpo como unidad, la importancia del movimiento y la relación con la naturaleza. También hay que recordar el estrecho vínculo del Tai Chi con la filosofía taoísta, especialmente en referencia al aspecto más característico y significativo de esta filosofía: “la integración de los opuestos”, simbolizada por la relación de las dos polaridades o energías: Yin y Yang. Fue Yang Cheng Fu (1883-1936), descendiente de Yang Lu Chan (fundador de una dinastía de Grandes Maestros y fundador del estilo más famoso y acreditado del mundo: el “Estilo Yang”) para intuir la importancia y los beneficios de la disciplina en un contexto distinto al marcial. Alrededor de 1930, Cheng Fu desarrolló y codificó una secuencia de posiciones móviles, “Da Jia” (en inglés “Gran Concatenación”), comúnmente llamada “Forma” o “Forma Larga – 108 Movimientos”. El objetivo era hacer que el Tai Chi Chuan fuera accesible para personas de todas las edades. La forma de Tai Chi se ha convertido, por lo tanto, en un ejercicio psicofísico caracterizado por una secuencia de movimientos lentos, armoniosos y circulares. Las posiciones de un movimiento son claras y sencillas de realizar. La estructura ha sido elaborada de tal manera que mantiene el cuerpo enraizado en la gravedad, centrado, bien alineado a lo largo del eje vertical, equilibrado. No hay nada abrupto, exagerado o rígido. No nos oponemos a algo o alguien, incluso si los movimientos reproducen las acciones del arte marcial (parar, repeler, golpear con un puño, golpear con una patada) sino que buscamos la superación de la tensión. Su práctica le permite equilibrar las energías internas, mejorar la alineación y la postura, promover la integración mente-cuerpo. Su propósito es promover la armonía, el conocimiento de los límites y el potencial del propio cuerpo para lograr un estado de bienestar y salud, refinar y enriquecer la calidad del movimiento. Puede mejorar la circulación sanguínea, el ritmo cardíaco y el funcionamiento de todo el cuerpo (incluido el metabolismo). El movimiento lento, continuo y coordinado ayuda a aflojar las articulaciones y restaurar el tono muscular. Al realizar los movimientos de la “Forma” en una secuencia de perfecta unidad similar a una danza, el cuerpo es como un pequeño universo en continuo movimiento sobre sí mismo y en el espacio, con su propio ritmo y coordinación. De esta manera se logra una unidad consciente de la totalidad de uno en relación continua con el interior y el exterior. Esta “Danza del Guerrero” o “Meditación en Movimiento” se realiza comúnmente en silencio. Es el Cuerpo el que habla. La concentración es constante. Generalmente trabajamos en grupos, en contacto con nosotros mismos y con los demás. No hay límites de edad ni contraindicaciones de ningún tipo. Está dirigido tanto a jóvenes como a ancianos. ¿Puede el uso y aprendizaje de la Forma – Tai Chi, nacida en una cultura y en un contexto social muy diferente al occidental y en una época muy lejana a la nuestra, ser actual y constituir un estímulo para el hombre de hoy? ¿En qué área puede afectar? ¿Cómo? El progreso ha mejorado la calidad de vida, pero al mismo tiempo ha hecho que la gestión del espacio y el tiempo sea cada vez más agitada. En este frenesí, los ritmos arremolinados de hoy involucran y, a veces, alteran de tal manera que alteran y cambian la relación espacio/tiempo. Quienes se arriesgan a pagar las consecuencias son el cuerpo que se vuelve cada vez más virtual y cada vez menos real. El hombre de hoy ya no parece saber cómo moverse o más bien ya no tiene conciencia de su movimiento. No mide las acciones que realiza partiendo de sus posibilidades reales y sus límites (entendidos como libertad y no como coacción), sino que tiende a transgredirse en una “actividad” motivada por empujones y estímulos, a menudo, mucho mayores que él, que son fruto más de su mente que de su cuerpo. Actúa, a menudo y voluntariamente, mecánicamente, desprovisto de naturalidad, espontaneidad y con comportamientos estereotipados. Parece estar inmerso en un contacto cotidiano y constante con un espacio y un tiempo diferentes al actual. Una realidad virtual, esta, que lo está alejando de sí mismo y que puede generar la pérdida del sentido del aquí y ahora, del sentido de la existencia (estar en el tiempo y en la realidad actual). El hombre moderno ya no parece ser dueño de su propia acción. Ya no puede detenerse. La calidad de la escucha y la de la audición también se está debilitando. Más que expresar un movimiento libre y espontáneo, parece ser un prisionero de su cuerpo en su cuerpo. En este contexto, el Tai Chi Chuan puede ofrecer la oportunidad y constituir una oportunidad válida para reconectarse y volver a ponerse en contacto con el Cuerpo “real”. Sin embargo, el enfoque de este aprendizaje también debe incluir un trabajo más amplio y general sobre el movimiento y las leyes que lo gobiernan. Un estudio profundo e introspectivo. Una investigación

Bienestar del Tai Chi incluso para aquellos en silla de ruedas

Tai Chi para ayudar a aquellos que están confinados a una silla de ruedas y tienen que lidiar con la inmovilidad. Además del problema personal por el que una persona está confinada a una silla de ruedas, también existe el de la pérdida de autonomía, autoestima e inmovilidad física que por sí sola puede dar diferentes trastornos fisiológicos. Para promover el bienestar psicofísico de los usuarios de sillas de ruedas, un experto en artes marciales tradicionales de la Universidad de Tennessee (EE.UU.) ha desarrollado un programa especial que incluye 13 posiciones utilizadas en Tai Chi, diseñado específicamente para aquellos que sufren de este problema.La revista Technology and Innovation – Proceedings of the National Academy of Inventors informa que el Dr. Zibin Guo ha adaptado 13 de las 24 posiciones típicas de Tai Chi para todos aquellos que no realizan ninguna actividad física, como el 73 por ciento de los estadounidenses en silla de ruedas. De esta manera, según Guo, la silla de ruedas puede transformarse de un dispositivo de asistencia a un instrumento de expresión artística y emancipación. “Con demasiada frecuencia, las barreras sociales y culturales desalientan a las personas con discapacidades físicas de participar en actividades de acondicionamiento físico – explica el Dr. Guo – El Tai Chi en silla de ruedas se puede practicar sentado para aquellos que necesitan simplicidad, bajo impacto, ejercicio para la parte superior del cuerpo a través de la integración del movimiento en silla de ruedas con dulces, movimientos dinámicos y fluidos de Tai Chi. Eleva el espíritu y da a los practicantes un sentido de dominio del espacio”. Si tenemos en cuenta que hay millones de personas en el mundo que viven en silla de ruedas, podemos calcular el impacto que tendría la posibilidad de ofrecer a todos aquellos que lo deseen un medio para sentirse mejor física y psicológicamente. También obteniendo beneficios sobre la salud general y, quizás, previniendo muchas de las enfermedades debidas a la posición forzada y la inmovilidad.“Los estudios realizados en China y en otros lugares sugieren que estas personas, especialmente aquellas en sillas de ruedas, tienen una autoestima significativamente más baja y son más vulnerables a la depresión – agrega Guo – La razón detrás del desarrollo del Tai Chi en silla de ruedas como una aptitud alternativa y recreativa para personas con discapacidades para caminar se basó ante todo en los beneficios documentados para la salud del Tai Chi. accesibilidad, bajo costo y aceptación en la cultura popular. En segundo lugar, se basa en los beneficios para la salud y el estado físico que este Tai Chi modificado podría tener para las personas con problemas de función para caminar”. Los movimientos diseñados para discapacitados por el Dr. Guo permiten a los usuarios de sillas de ruedas practicar una amplia gama de movimientos en la parte inferior de la espalda, la cadera, así como la parte superior del cuerpo con hombros, brazos, manos, cuello, cabeza, etc. Además, señala el experto, estos movimientos contribuyen a mejorar la circulación interna de la sangre y la circulación linfática, lo cual no es poca cosa. FUENTE:Zenon.it

El Tai Chi prolonga la vida

El tai chi prolonga la vida: así lo revela un maxi estudio que involucró a más de 61 mil hombres chinos y fue publicado en el American Journal of Epidemiology. Dirigido por Xianglan Zhang de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee, el estudio muestra que los hombres que practicaban Tai Chi regularmente tenían un riesgo 20 por ciento menor de morir. El experto estudió la muestra durante varios años, dividiéndola en grupos según el tipo de ejercicio físico que practicaba o el sedentarismo. El tai chi es un antiguo arte chino basado en movimientos lentos, equilibrio y concentración: durante la práctica nos ayudamos con la concentración para mantener ciertas posiciones del cuerpo durante mucho tiempo. En estudios anteriores, se ha encontrado que el Tai Chi es beneficioso contra los síntomas de la enfermedad de Parkinson. El nuevo estudio encontró que los chinos que practicaban Tai Chi regularmente, aunque en promedio eran mayores y a menudo con enfermedades crónicas que el resto de la muestra observada, tenían un riesgo 20% menor de morir en comparación con aquellos que no hacían ejercicio.